Gandarela: tras las huellas de una familia apasionada por el vino y la hospitalidad
21.12.23 Julián Acebes
En las idílicas laderas de la margen izquierda del río Miño, enmarcadas por la Denominación de Origen Ribeiro, se encuentra la joya vinícola familiar, Bodega Gandarela. Fundada en 1989, Bodega Gandarela es la culminación de décadas de tradición vinícola en la familia Penedo. Esta pequeña bodega ha forjado su reputación a través de la tradición transmitida de generación en generación, donde la viticultura y la elaboración del vino son el corazón de su legado.
Gandarela destaca por su territorio único, caracterizado por su suelo granítico y pobre, así como por la influencia reguladora del río Miño en su clima. Esta combinación proporciona las condiciones ideales para el cultivo de variedades autóctonas como Treixadura, Torrontes, Loureira y Godello.
Sin embargo, Gandarela es mucho más que una bodega. En 2021, en pleno segundo año de la pandemia, nace Gandarela Turismo Rural. Ubicada estratégicamente en la ruta del Ribeiro del río Miño, Gandarela Turismo Rural se erige como más que una simple casa de hospedaje. Es un refugio que se sumerge en la rica historia de la viticultura gallega y ofrece una experiencia única de hospitalidad y conexión con la tierra.
Gandarela Turismo Rural no es solo un lugar para descansar; es un testimonio vivo de la sostenibilidad. Desde la elección de materiales locales hasta el reciclaje de elementos antiguos, la casa se erige como un ejemplo de economía circular.
Cada rincón está impregnado del legado vinícola familiar, desde las cubas de la antigua bodega que ahora adornan los hidromasajes de las habitaciones hasta las monedas y botellas antiguas que narran una crónica enológica.
Desde las terrazas y miradores de las siete habitaciones, Gandarela Turismo Rural regala vistas inigualables del río Miño. El cuarto río más largo de la Península Ibérica fluye serenamente, proporcionando un espectáculo cambiante de colores y luces. El entorno invita a la contemplación, con el suave murmullo del río como banda sonora que armoniza con la tranquilidad del paisaje.
La historia de Gandarela Turismo Rural no es solo sobre piedras y maderas; es sobre personas. La familia Penedo, con su pasión por la tierra y la viticultura, ha creado un espacio donde los huéspedes no solo descansan entre viñedos, sino que se sumergen en la esencia misma de Galicia. El compromiso con la sostenibilidad, la autenticidad y el respeto por la tradición convierten a esta casa rural en un faro de hospitalidad arraigada en la tierra que la sustenta.
Elixir de Gandarela, elaborado con la variedad reina de la Denominación de Origen Ribeiro, es una de las joyas vinícolas que Gandarela presenta con orgullo. Este blanco monovarietal de treixadura, con un proceso de elaboración meticuloso destaca por su complejidad aromática, elegancia y persistencia en boca. Desde la vendimia manual, con una cuidadosa selección de los mejores racimos, hasta la fermentación con levaduras autóctonas de la propia variedad aisladas en laboratorio, cada fase de la producción contribuye a la creación de este Elixir excepcional.
Sin embargo, este extraordinario caldo cuenta con dos versiones más: una barrica y otra en ánfora.
La versión en barrica de este Elixir ofrece una experiencia sensorial única. Con notas de frutas blancas maduras, balsámicas y cítricas, y su crianza en barrica de roble francés y húngaro, le confiere complejidad y equilibrio. Además, Gandarela solo saca tiradas limitadas de 1000 botellas. Con premios como el Acio de Plata 2019 en las catas de Galicia y 89 puntos en la Guía Peñin, este vino es una joya que refleja la pasión y dedicación de Gandarela.
Por último, la versión de Ánfora goza de una mayor exclusividad con microelaboraciones de 500 botellas, tapón de cristal y lacre manual. La crianza de maravilloso vino se lleva a cabo en ánforas de 250 litros con un estricto control de temperatura y humedad. El intercambio de oxígeno entre el interior y el exterior del ánfora transforma las características organolépticas del vino, aportando notas minerales y resaltando los aromas varietales y frutales, además de aportar frescura al caldo resultante. Esta microelaboración, con su carácter distintivo y complejidad, aporta una textura única al vino. Al tratarse de un monovarietal de treixadura, resaltan las características específicas de la uva, permitiendo apreciar su expresión más pura. Sin duda, un verdadero tesoro para los amantes de la autenticidad enológica.
En definitiva, Gandarela no solo es una bodega, es una historia viva que se comparte a través de sus vinos y la acogedora Gandarela Turismo Rural. Un rincón donde la tradición se mezcla con la sostenibilidad, y cada sorbo es un viaje a las raíces vinícolas de Galicia.