El estudio de interiorismo Düem Studio ha llevado a cabo la reforma de una cocina en una vivienda en Manresa (Barcelona) con un doble objetivo: por un lado, modernizarla, ya que se había quedado estéticamente anticuada y, por el otro, ganar espacio tanto de almacenamiento, como de superficie de trabajo.
La redistribución total de cocina, en forma de U, persigue el máximo aprovechamiento del espacio. La amplitud visual se ha potenciado gracias a la ausencia de muebles altos, que únicamente visten uno de los frentes para garantizar la capacidad de almacenamiento.
La percepción de luminosidad y apertura se ve potenciada gracias a la ventana ubicada justo en el centro que dota a la estancia de luz natural.
La cocina se abre al resto de la vivienda mediante la sustitución de la puerta batiente de 80 cm por una puerta corredera de vidrio de la misma anchura que la cocina, con perfiles de hierro. Gracias a este recurso, la luz natural llega hasta el interior, a zonas de la casa que anteriormente eran oscuras, como el pasillo.
Por otra parte, la luz artificial se plantea con tres escenas. Una para la zona de trabajo, directa y funcional, que permite obtener la calidad óptima de luz en el momento de cocinar; otra general, para iluminar de forma global la estancia y una última escena de iluminación indirecta a través de perfiles led, en la vitrina y en parte del mobiliario, que aportan un ambiente más íntimo y exclusivo.
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“Las dimensiones y la geometría del espacio han requerido un estudiado trabajo de encaje” explican desde Düem Studio, que para este proyecto han buscado no sólo la estética actual sino optimizar la funcionalidad mediante la ubicación estratégica de todos los módulos y electrodomésticos. La vitrina está realizada totalmente a medida, por un carpintero de confianza, y está trabajada para encajar un espacio muy reducido de 8 cm delante de un pilar existente, enrasando sus puertas al resto de módulos altos, de manera que queda totalmente integrada con el mobiliario y crea un efecto elegante y distinto.
El interiorismo equilibrado se ha ganado en esta cocina a base de elementos y texturas que le conceden un carácter propio.
La paleta cromática juega con distintas tonalidades:
Gris antracita, en parte del mobiliario bajo y en la superficie de trabajo.
Negro en los electrodomésticos y también en el cristal traslúcido de una vitrina retro iluminada que va de suelo a techo.
Crudo, en la elegante piedra sinterizada escogida para revestimiento de las paredes.
Madera de roble en el resto del mobiliario.
En definitiva, Düem Studio ha repensado esta cocina para disfrutar del placer de cocinar. Un diseño moderno, de líneas puras y belleza atemporal. Su almacenaje extra, gracias a los módulos de gran capacidad, permite que todo tenga su sitio y lo pone al alcance de la mano.
Adiós a una cocina desaprovechada, donde reinaba el caos y el desorden para dar paso a una nueva cocina cómoda y funcional, llena de vida, un nuevo espacio en el que moverse sin tropezar, con una dosis extra de estilo.
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