La Ruta del Vino Ribera del Duero: un viaje inmersivo a la vendimia y el enoturismo de calidad
© Cillar de Silos
08.10.24 Irene S.
Cada otoño, los campos de la Ribera del Duero se tiñen de vida y actividad. Octubre, un mes clave para el enoturismo en esta región, marca el inicio de la vendimia, un momento especial que atrae a miles de visitantes de todo el mundo. En 2023, alrededor de 65,000 personas recorrieron la Ruta del Vino Ribera del Duero, lo que representó más del 25% de las visitas anuales a este destino. Sin duda, la magia de la vendimia, un proceso ancestral que celebra la recolección de la uva, es el principal atractivo para quienes buscan vivir de cerca la esencia de la Ribera del Duero.
Durante la temporada de vendimia, las bodegas y establecimientos asociados a la Ruta del Vino Ribera del Duero transforman sus visitas habituales para ofrecer una experiencia más inmersiva y participativa. Los turistas no solo recorren las bodegas; también pueden ser parte activa del proceso de elaboración del vino. Entre las actividades más populares se encuentran el pisado de uvas, la cata de racimos directamente en los viñedos y la degustación del mosto en diferentes estados de fermentación. Además, muchas bodegas permiten a los visitantes ser testigos del inicio de la fermentación, la selección de uvas o el descubado, ofreciendo así una inmersión total en el proceso.
Para Miguel Ángel Gayubo, presidente de la Ruta del Vino Ribera del Duero, el objetivo es claro: seguir generando experiencias originales que mantengan el interés y el compromiso con un enoturismo de calidad. "Es importante que los establecimientos de la Ruta sigan creando experiencias originales e inclusivas", destaca Gayubo, subrayando la relevancia de ofrecer actividades accesibles y universales para todo tipo de público, desde familias con niños hasta colectivos con necesidades especiales.
El compromiso de la Ruta del Vino Ribera del Duero con la inclusión se refleja en las múltiples actividades que preparan durante la vendimia para personas de todas las edades. Para los más pequeños, la experiencia resulta especialmente mágica: pueden recoger uvas directamente de las viñas, participar en el tradicional pisado de las mismas y probar el mosto antes de que comience el proceso de fermentación. Estas actividades no solo resultan divertidas, sino que también ayudan a los niños a conectar con el mundo rural y aprender de primera mano cómo se produce uno de los productos más emblemáticos de España.
El mes de octubre no solo trae consigo el bullicio en las bodegas, sino que los pueblos de la Ribera del Duero se visten de fiesta para celebrar la vendimia. Uno de los eventos más destacados es la Fiesta de la Vendimia de Peñafiel, que cada año incluye un desfile tradicional, el pregón de la vendimia y el pisado de la uva. Asimismo, en Quintanilla de Onésimo se organiza su Mercado Medieval, acompañado de actividades callejeras, degustaciones de mosto y más pisado de uvas. Estas celebraciones son una excelente oportunidad para disfrutar no solo del vino, sino también de la cultura y tradiciones de la región.
El pasado mes de septiembre, dentro del marco de la Fiesta de la Vendimia de Aranda de Duero, tuvimos la oportunidad vivir de cerca este momento tan especial y conocer algunos de los establecimientos más destacados de la región. A través de visitas a bodegas, catas de vinos y experiencias gastronómicas, descubrimos la profundidad y el encanto de la Ribera del Duero, una de las zonas vitivinícolas más importantes de España.
Nuestro viaje comenzó el 6 de septiembre, con una primera parada en Cillar de Silos y Dominio del Pidio, dos bodegas situadas en la provincia de Burgos que combinan a la perfección tradición y modernidad. En Cillar de Silos, tuvimos la oportunidad de conocer el proceso de vinificación y degustar vinos en un entorno espectacular. Dominio del Pidio, por su parte, nos impresionó con su sistema de bodegas subterráneas, donde pudimos ver de cerca la importancia de la conservación y el respeto por las técnicas ancestrales. Este espacio histórico, con más de tres siglos de antigüedad, es un verdadero testimonio del patrimonio vinícola de la zona.
A la hora del almuerzo, nos dirigimos al Mesón El Viso en Gumiel del Mercado, reconocido por su excelente gastronomía, incluyendo sus famosas croquetas, premiadas en varias competiciones de la región. La cocina tradicional burgalesa brilló en este establecimiento, donde los productos de la tierra se fusionan con una cocina impecable.
Por la tarde, visitamos varias casetas de bodegas situadas en la Plaza de Aranda, todas ellas asociadas a la Ruta del Vino Ribera del Duero: Monteabellón, Bodegas Valdubón, Bodegas Pascual, Bodegas Raíz, Bodegas Tierra de Aranda, Viña Arnáiz, Dominio de Cair y Bodegas Arzuaga. Aprovechamos para probar algunos de sus mejores vinos y poder charlar para conocer de primera mano cada proyecto.
Nuestra jornada concluyó con una cena en Gastroteca La Pícara, también en Aranda de Duero. Aquí pudimos probar su famosa croqueta de vendimia, ganadora del I Concurso de Croquetas de Burgos, una fusión perfecta entre tradición e innovación.
El 7 de septiembre, nos dirigimos a la Oficina de Turismo de Aranda de Duero, donde realizamos una visita al Centro de Interpretación de la Arquitectura del Vino (CIAVIN). Allí, aprendimos sobre la importancia de las bodegas subterráneas en la conservación del vino y visitamos la Bodega Histórica Don Carlos, un auténtico viaje al pasado que nos permitió explorar su vinoteca privada y participar en una cata premium.
El almuerzo fue en el Mesón El Pastor, un clásico de Aranda conocido por su cordero lechal asado. Más tarde, la cena fue en La Raspa, un restaurante especializado en arroces y platos con toques orientales, que ofrece menús japoneses el primer jueves de cada mes, aportando una propuesta gastronómica diferente en plena Ribera del Duero.
Finalmente, el 8 de septiembre, concluimos nuestro viaje con la visita a Bodegas Nabal, en Gumiel de Izán, donde disfrutamos de su apuesta por el enoturismo familiar. Además de la degustación de vinos, la bodega ofrece actividades pensadas especialmente para niños, haciendo de la experiencia algo enriquecedor para todas las edades. Sus instalaciones también se prestan para todo tipo de eventos, consolidándose como un referente en la región.
La Ruta del Vino Ribera del Duero, que abarca las provincias de Burgos, Segovia, Soria y Valladolid, es mucho más que un recorrido por bodegas. Es un viaje en el que la historia, la cultura y la tradición se entrelazan con los sabores y aromas de algunos de los mejores vinos del mundo. Con más de 341 asociados, este itinerario enoturístico ha sido recomendado por medios internacionales como The New York Times y National Geographic, consolidándose como uno de los destinos más visitados de España para los amantes del vino y la buena gastronomía.
Nuestra experiencia a lo largo de la Fiesta de la Vendimia de Aranda de Duero y conociendo en primera persona la maravillosa Ruta del Vino Ribera del Duero nos permitió apreciar de cerca el trabajo, la pasión y la tradición que rodean a la Ribera del Duero. Desde las visitas a bodegas subterráneas hasta la degustación de vinos en los viñedos, cada detalle contribuyó a hacer de este viaje una auténtica inmersión en el corazón vinícola de Castilla y León. Un destino que invita a volver y seguir descubriendo la riqueza de su tierra y su gente.